El objeto falo
La 5a sesión de nuestro Seminario de Textos y Casos Clínicos del curso 2022-2023 se realizó el 25 de febrero de 2023
- Presentó un caso: Pedro Pablo Arévalo
- Àngels Petit hizo la referencia bibliográfica: Seminario X. Págs. 298 y 299. Comentario sobre la referencia de Otto Isakower: Sobre la posición excepcional de la esfera auditiva publicado en 1939 en International Journal of Psycoanalysis.
- Moderó: Montse Naranjo
- Y la docente fue: Clotilde Pascual
A continuación dejamos la reseña que la docente Clotilde Pascual escribió:

Se han trabajado el capítulo XIX: El falo evanescente y el capítulo XX: Lo que entra por la oreja: Puntos I y II.
En el capítulo XIX, Lacan va a tratar de la angustia con el falo en tanto menos phi, versión imaginaria de la castración y con el falo como objeto en tanto el órgano de la detumescencia.
Es una angustia que se presenta por la separación, cesión, del objeto falo. Se produce por el desvanecimiento del falo en el nivel en que se espera que esté o que funcione como órgano y no es así.
Trata de la relación entre orgasmo y angustia. Lo ejemplifica por el goce del orgasmo masculino en donde el goce de órgano produce la detumescencia, es decir una castración fisiológica. La angustia se dará cuando la función natural del órgano queda interrumpida como en el coitus interruptus. El objeto cae y el sujeto se identifica con el objeto caído produciéndose la angustia.
Se pregunta por el goce de la mujer, que sería diferente al del hombre. Lo que se le pide al partenaire de una y otra parte sería una demanda de la pequeña muerte, del goce sexual. Las relaciones entre hombres y mujeres pasan por la cuestión del deseo y del goce. En cuanto al deseo, la mujer desea ser deseada por sus atributos femeninos, haciéndose semblante de falo y el hombre quiere ser deseado en cuanto a su potencia fálica. Pero tanto una como el otro cuando toman el falo a su cuenta se separan del otro partenaire. Para los dos interviene la angustia en el momento del temor a no poder estar a la altura de lo que creen que el Otro desea.
En cuanto al goce, introduce el goce fálico para el hombre y el goce de la mujer estando doblemente gobernada en su goce, lo que más adelante en su enseñanza será la lógica de la fórmulas de la sexuación.
En el capítulo XX: El punto I continua con la relación de exclusión entre hombres y mujeres en relación al Falo. El falo es lo que cuando uno de ellos lo alcanza le separa del Otro.
Punto III: Va a tratar de la voz en sus dos acepciones: La voz sonora, musical, y la voz áfona, como objeto causa de deseo. No hay que confundir la voz como efecto, la que oímos, de la voz como causa. La voz resuena en un vacío, el del Otro, de su falta de garantía del lenguaje, se incorpora de este Otro, y se separa pasando así a objeto causa de deseo, se vacía de sustancia para pasar a ser como objeto cedido y causa de deseo.
La voz sería una apropiación que toca al cuerpo, ya sea un monólogo interior, una voz superyoica, o las voces que se sonorizan en el psicótico.
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