Experiencia personal en confinamiento: Inicio y durante. El después está por llegar…
La semana antes del confinamiento, todavía inmersa en mi ignorancia, no imaginaba que días después el mundo quedase paralizado. Todos confinados mientras que poco a poco nos íbamos insertando en lo virtual. Reconozco que era bastante reacia a toda esta nueva era tecnológica. Hoy, gracias a esta tecnología, considero que hemos podido mantener el contacto y relacionarnos con los demás y hacer de ello un modo nuevo de aprendizaje. Aunque todavía quedan por descubrir todas sus dimensiones y repercusiones que tendrá en el tiempo.
¿A dónde quiero llegar?
Cada uno ha hecho o afrontado el confinamiento de un modo diferente. Mi planteamiento surgió a raíz de mi primera sesión online con mi analista ¿Sería por Skype, por teléfono, otro sistema de videoconferencia?… todavía estaba la cosa en el aire. También me planteaba si era mejor esperar, total iban a ser dos semanas. Pero yo opté por seguir mi tratamiento, me daba igual la modalidad, aunque resultaba un tanto extraño, dado que tras la puerta estaba mi familia. Aun así, proseguí. Eso sí, advirtiendo a los míos: ¡Tengo sesión!
Tras la primera sesión online me surgió una idea, consistió en crear una línea de atención online gratuita mediante cita previa, no de emergencias como posteriormente se creó y a la que con gusto me sumé. La idea de entrada era poder ofrecer un espacio de escucha, afinar oído en los decires del sujeto y poder entre leer que había detrás de esa demanda concreta.
Decir que antes del confinamiento estaba realizando las prácticas del máster de ACCEP en el CSMIJ de Nou Barris y atendiendo en el CA (centro asistencial). Ambas cosas quedaron suspendidas, así como las clases presenciales. Había presenciado numerosas acogidas y un gran quehacer de los diferentes profesionales del CSMIJ de Nou Barris, bajo estas premisas comencé mi andadura.
¿Cuál ha sido mi experiencia en este tiempo?
Tan solo daré unas breves pinceladas de esta experiencia, dado que ahora no dispongo de todo el tiempo que desearía, ni posiblemente de todos los conocimientos teóricos para desarrollarlos, no obstante, quiero sumarme y compartir con ACCEP mi producción. En la actualidad el material del que dispongo es extenso como para realizar un estudio en profundidad, en total 143 casos. Aunque la cifra en sí no es lo que realmente importa, dado que no nos dice nada del sujeto, es interesante tenerlo presente para la pequeña conclusión que añado al final.
Esta experiencia abarca al menos tres vertientes: Lo social, lo cultural y la clínica. Son aspectos importantes a la hora de escuchar, dado que en muchos casos están relacionados. Es algo que también pude captar en mi experiencia en CSMIJ de Nou Barris.
Las tres vertientes: Lo social, lo cultural y la clínica
En primer lugar, hablaré de la vertiente clínica. Pero antes quiero comentar la dificultad con la que me encontré, y a muchos de ustedes les habrá sucedido. El problema de la intimidad en un confinamiento, en espacios pequeños es verdaderamente un obstáculo. Ahí tuve que flexibilizar mucho. Daba hora en función en que el sujeto disponía de esa intimidad. Esto conllevaba que podía hacer la sesión con un paciente mientras éste compraba el pan o paseaba al perro o a la hora concreta que se quedaba solo en la casa.
Lo primero que me llamó la atención y aunque resulte obvio para algunos de ustedes, fue el efecto tranquilizador de la palabra cuando hay otro dispuesto a escuchar.
Esto lo comprobé al hablar con pacientes, que se presentaban con una angustia extrema y días después, al contactar con ellos me expresaban lo siguiente: “¡Cuando hablé contigo me quité 20 kilos de encima!”, “Después de hablar contigo pude dormir”. Evidentemente la medicación en muchos casos es necesaria, pero me he encontrado con sujetos completamente cerrados a cualquier tipo de fármaco porque no se han sentido escuchados: ”Solo me enchufan pastillas”, “No me escuchan”. No se trata de generalizar, por supuesto que hay profesionales que escuchan al paciente. En estos casos simplemente me limité a mediar entre paciente y el profesional. No es fácil cuando el sujeto está en la otra parte de España, buscar un psiquiatra de orientación analítica que se preste a atender a pacientes con muy pocos recursos económicos. Con ayuda de algunos psiquiatras y psicoanalistas pude llevar a cabo algunas derivaciones.
Me sorprendió la cantidad de sujetos psicóticos que consultaban en sus diferentes modalidades: paranoia, esquizofrenia, maníaco depresivo o bipolar. Algunos, cuando les preguntaba su nombre se presentaban bajo la etiqueta “soy bipolar” “soy TLP”, otros no, pero en su decir se podía captar el sufrimiento en el que estaban inmersos y la soledad como rasgo común.
Recuerdo el sufrimiento de un chico tratado por una tartamudez, desde hacía ya un tiempo. Consultaba por los ataques de rabia, supuestamente producidos por el habla entrecortada. Al poco tiempo de la entrevista y después de interesarme por su historia, no por su tartamudez, me explicó que lo que realmente le preocupaba era que los demás hablaban de él y lo miraban mal, y esto le provocaba ataques de ira. Aquí se ve cómo el elevar la “tartamudez” a una categoría diagnóstica borra la particularidad del sujeto y ya no hay nada que escuchar.
Algunos de estos sujetos no soportaban el encierro del confinamiento, otros por el contrario han consultado después. El confinamiento calmaba su angustia, dado que no tenían que enfrentarse a los otros, para estos sujetos ahora volver ahora a la “normalidad” les es realmente angustiante. Una mujer hace unos días me decía: “tengo que ir a trabajar, pero no puedo”, “yo ya estaba bien en casa”.
Lo siguiente que me surgió fue los “sujetos WhatsApp”. Son sujetos con una dificultad muy grande para poder expresarse verbalmente y acuden al escrito, a la letra, como única vía de comunicación. Al principio accedí con algunos casos y surgieron cosas interesantes. El esfuerzo de pasarlos al teléfono fue en vano para algunos de ellos, con otros lo conseguí aliándome en su locura y hacer que me lo explicaran con más detalle por teléfono (esta idea la extraje de un libro de José María Álvarez). Otros después de algunas sesiones, me atreví a despedirme hasta la siguiente sesión con un mensaje de voz, lo más suave y neutro posible, aun así, cortaron toda relación. Otros vomitaban su malestar y desaparecían. Por suerte conseguí a alguien con más experiencia y pude comenzar a realizar derivaciones.
Como veréis en solo estos primeros puntos, ya en las primeras semanas me surgieron una serie de preguntas: ¿Qué atender y qué no atender cuando un sujeto hace una determinada demanda? No tenía un plan de actuación, sobre la marcha iba viendo que podría hacer y pensar (en mi opinión) la mejor manera de poder ayudar a ese sujeto en particular. Me preguntaba: ¿Se daban las condiciones para atender este caso en concreto?, ¿Qué sujetos derivar a un psicoanalista o vincularlos a una red pública? Si bien desde el psicoanálisis acogemos al sujeto en su demanda y le damos un lugar a esa demanda, no siempre se dan las condiciones para iniciar un trabajo. También me cuestionaba mi propia capacidad para aceptar o no el caso.
También he podido experimentar que una línea online gratuita es el escenario perfecto para que afloren los sujetos perversos, dado que en estado de confinamiento el perverso se queda sin la presa para angustiar. Cada uno desde su modalidad. Alguno con el objeto voz, otros con el objeto mirada, pero menudos ejemplares me he encontrado. He de decir que esto lo capte rápido cuando en clase de Josep Moya salió el tema del Exhibicionista y pensé ufff, no acudirán a consulta pero afloran como las setas en una red abierta, así que, ¡ojo! Con quien de entrada me pedía videollamada “imaginar por qué”.
No me alargaré demasiado, fobias, miedos, hipocondría, algunos obsesivos y algunas histéricas. El tema de las adicciones de todo tipo. He decir que la supervisión en muchos casos ha sido, imprescindible para ver qué sujeto tenía al otro lado de la línea telefónica.
En el segundo punto lo que tocaré es el impacto social y económico por lo que muchos sujetos han consultado. No hay que decir, es bastante evidente que en este sentido el COVID 19 a quien más ha afectado es a la clase más desfavorecida. La incertidumbre del desempleo, los tan conocidos ERTE, los despidos y lo peor, los que vivían del trabajo en negro o los sin papeles y se han visto sin nada, aquí me limité a acoger ese malestar y acompañar.
Mujer extranjera consulta desolada por la afectación del desempleo; Se ha quedado en la ruina y no le llega para sustentar a su familia. No ha acudido a servicios sociales, porque no sabía dónde acudir ni cómo funciona en España. Además, explica que lleva muchos días sin dormir. Le aconsejo que llame a la doctora de cabecera y le explique la situación.
Los casos de violencia de género, mujeres doblemente confinadas. Por el miedo al contagio y porque su maltratador vivía en el edificio de enfrente, en espera de una vivienda que la proteja. Otras que conviven con su agresor, pero no se sienten capaz de salir por la fuerte dependencia que siente hacia él y dice: “solo me pega cada 15 días”.
Rupturas de pareja de todas las edades, que estallan ante la convivencia intensificada por el confinamiento. Y también rupturas de pareja de adolescentes.
El tercer punto, el cultural. Aquí no me voy a extender después de atender personas de países como: Venezuela, Perú, Brasil, Argentina, Argelia, Lituania, Ucrania, Rusia etc. Lo que sí me pareció curioso es la consulta de mujeres marroquíes sometidas al hombre, donde solo pueden consultar bajo el permiso del marido y en contraposición el hombre marroquí como expresión de su sufrimiento cuando la esposa se salía de esa obediencia extrema.
Otro tipo de casos como
La mujer mayor conectada a una bombona de oxígeno. “me siento tan sola”. Encontró mi número por casualidad, no está afectada por el confinamiento, sino lo contrario. En el confinamiento sus hijos estaban con ella y no sentía la soledad. Es ahora que sus hijos han vuelto al trabajo, cuando se siente “desamparada”.
La hija que consulta por su padre, explicando que él se ha encerrado en su casa y se niega a ponerse la insulina, preocupada me explica que piensa que la descompensación del azúcar le está afectando a la memoria, dado que le comenta: para qué he de ponerme nada, si total, “nos vamos a morir todos contagiados”.
Muchos de los pacientes que atendí jamás habían consultado a un psicólogo, quizás eran los menos graves, pero les llamó la atención y consultaron. Una chica desde Brasil de 16 años quería ser psicóloga y por eso me llamó, allí la universidad empieza antes. Otra, aquí en España, estudiante de psicología consultaba por una discusión leve con su pareja, pero se terminó interesando por saber qué era eso del psicoanálisis. Entre tantas sesiones graves, se agradece los casos que terminan con una sonrisa.
Pequeña conclusión de este primer apartado
No sé si os habréis percatado, pero de los 143 casos no he tenido ni una sola consulta por duelo de un ser querido afectado por el COVID habiendo 28,327 fallecidos en España. Este dato lo extraje de una conversación con una psicoanalista a quien derivé un caso y me pareció interesante para compartirlo con vosotros.
Otro dato que me llamó la atención, pero simplemente es una observación. La cantidad de dispositivos que se crearon en Barcelona en el confinamiento pienso que ha sido muy superior a otras partes de España. Es algo que he ido pensando al descubrir que casi todas las llamadas provenían de fuera de Barcelona a pesar de que mi anuncio, de entrada, solo atendía personas que residieran en Barcelona o alrededores. Simplemente porque aquí conozco profesionales en instituciones para derivar y fuera de Barcelona es algo que sumaba la complejidad del trabajo. No obstante, no retrocedí
Agradecimientos
Quiero dar las gracias a todas las personas que me han apoyado en todo momento. También a las personas que me han ayudado con las derivaciones o acogiendo aquellos casos que yo no pude atender, a los supervisores etc…
También, agradecer a todos los docentes de ACCEP que han contribuido en mi formación. Y no me cansaré de decirlo y agradecer a las personas que no están de manera tan directa en el aula pero hacen un trabajo importantísimo en la formación del Máster. A Roser Casalprim en CSMIJ de Nou Barris y todo su equipo. Lo mismo que de los otros centros que estuve con Ramón Miralpeix en Centre L’Alba y también a todo el equipo. Sin olvidar, quizás por el cariño que les guardo al CDIAP de Mollet con Regina Debón y por supuesto a todo el equipo.
Aquí finalizo esta introducción a lo que posteriormente desarrollaré como trabajo de master y quizás, más adelante podría ser interesante crear un espacio de trabajo conjunto.
Autora: Montse Naranjo (alumna Máster en Psicoanálisis ACCEP).