XXI Jornada de los Colegios Clínicos del Campo Lacaniano FFCLE en España
Ahora es el momento….
¿De qué? de que los psicoanalistas tomen la palabra para contribuir al esclarecimiento de la Salud Mental, de su razón de ser, de su función político-social, de la clínica que atiende y las terapéuticas que aplica …a pesar del rechazo pertinaz que experimentan en dicho campo, y perseverando en la apuesta por una colaboración que se vislumbra fructífera para ambas partes.
¿Porqué ahora? porque la Salud Mental es actualmente un punto estrella en los programas político-sociales de los países occidentales, tanto a nivel mundial como local, sin duda como consecuencia de estudios varios que revelan el enorme gasto anual en pérdidas de producción que suponen los trastornos mentales de la población, hasta el punto que se estima que en 2030 serán la primera causa de discapacidad.
En el marco de las XXI Jornada de los Colegios Clínicos del Campo Lacaniano FFCLE en España, el próximo 28 de mayo realizaremos un seminario sobre «Salud Mental y Psicoanálisis». Puedes inscribirte haciendo clic en el siguiente botón. Se realizará online y presencial.
En cuanto a la Salud Mental, surgió del movimiento de la antipsiquiatría, que emergió para desmantelar el modelo asilar de los hospitales psiquiátricos y reivindicar la posibilidad de curación, rehabilitación y reinserción social de los enfermos mentales marginados. Este movimiento desembocó en una política de externalización de la práctica psiquiátrica por medio de la creación de una red de centros de Salud Mental incardinados en el tejido social.
La red se abrió pronto a todo tipo de demandas relacionadas con el malestar psíquico, fueran de tipo neurótico, psicótico o variaciones de la normalidad, asumiendo inclusive tareas de prevención o promoción de la salud, lo que dio lugar a una vorágine de demandas, que redujo notablemente la atención a los pacientes más discapacitados. Todo ello no ha sido sin consecuencias sobre la práctica clínica en la red, donde los límites entre lo normal y lo patológico, entre consumidor y paciente, tienden a difuminarse, y donde el objetivo principal es acallar la queja de los ciudadanos por la vía más rápida posible.
¿Qué puede aportar el psicoanalista para favorecer una asistencia en la red más centrada en el sujeto y sus malestares?
En la respuesta cabe distinguir dos planos, el socio-político y el clínico. Respecto al primero, Lacan alinea a la Salud Mental con el discurso amo, operando en complicidad con los discursos capitalista y científico, lo que la sitúa en las antípodas del discurso analítico. En cuanto al segundo, es Freud el que dijo que el psicoanálisis funciona en el mundo como una terapia entre otras, siendo sin embargo entre ellas la más potente, así como también la más trabajosa.
Por tanto, psicoanálisis y Salud Mental confluyen en la clínica. Ambos se ocupan del malestar humano, con la diferencia de que la Salud Mental apunta a eliminar los síntomas y “normalizar” al sujeto lo más rápido posible, mientras que el psicoanálisis se propone hacer hablar al síntoma de cada uno, hasta que entregue la verdad que alberga sobre lo particular de cada cual, empleando el tiempo necesario para ello.
También son diferentes los medios de que se sirven la una y el otro, pues si en el campo de la Salud Mental cabe un abanico amplio de prácticas terapéuticas heterogéneas – con predominio de los psicofármacos y las TCC, y menor presencia de otras psicoterapias (humanistas, de apoyo, etc) – la práctica analítica está sólidamente fundamentada sobre la hipótesis del inconsciente, de la que deriva una concepción de la psique centrada en el humano como ser de lenguaje y una atribución de causalidad psíquica a los síntomas, lo que da lugar al método freudiano basado en la transferencia y la interpretación.
Es desde ahí que podemos afirmar que para llegar al fondo de la cuestión clínica se necesita tomar en cuenta que hay un más allá del psicofármaco, de la TCC y de las terapias bien intencionadas del amor, un más allá que requiere que el inconsciente sea escuchado, puesto que “el odio paga al amor, pero es la ignorancia la que no se perdona” (Lacan, La dirección de la cura, 1958, Escritos)
Autora: Ana Martínez
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